En este espacio que tenemos creado, en este pedacito de Internet con menos de 10.000 visitas, repensamos y reflexionamos sobre los temas que consideramos importantes. Los afectos son un tema muy importante de los cuales se habla muy poco o no con la profundidad necesaria.
Desde las cuentas de amor libre estamos diariamente reflexionando y repensando. No hay una guía, esto no está escrito, no sabemos qué hacer en cada momento y se nos presentan muchas situaciones difíciles donde tenemos que debatir qué es ético y qué no (Ay, y eso que también la ética es construcción social). Los afectos y los cuidados son importantes, como bien queda reflejado en esta entrada. Caer en el individualismo es peligroso, pero también es peligroso saltar al abismo, abandonar lo normativo, ceder ante la libertad que a veces se nos queda grande tras tanto tiempo siendo personas encerradas en unas ideas que realmente no eran nuestras y que realmente no compartíamos.
Porque... vamos a hablar en serio ¿Cuánto de lo que sientes lo sientes porque es tuyo y cuánto te han dicho que tenías que sentir? Estoy hablando de lo que llamas amor, de lo que consideras sexual y atractivo, de lo que consideras agradable en la cama o faltas de respeto en el amor... A fin de cuentas te han enseñado lo que era el amor, te lo han contado en tu familia, en tus películas, series y libros. No eres un folio en blanco donde tus sentimientos han ido derramándose según soplara el viento; solías ser un folio en blanco hasta que naciste y empezaste a recibir la tinta de diferentes botes: machismo, racismo, transfobia, cissexismo, binarismo de género, especismo y... sí, también amor. Recibiste conceptos de amor, idealizaciones y falsos derechos sobre las personas a las que quieres. Es fácil hablar del amor romántico, es fácil sacarle fallos y dejarlos escritos en el blog pero... ¿Es tan fácil dejar de sentirlo? ¿Es tan fácil revisarse los afectos, abrirse el pecho y arreglarse el corazón? ¿Es tan fácil dejar de llorar cuando sentimos celos? ¿Dejar de esperar que venga alguien que nos dé la felicidad eterna? No, no es tan fácil. Es jodidamente difícil y es una mierda, especialmente al principio.
¿A qué viene todo esto? ¿De qué estoy hablando? ¿Hacia dónde va esta reflexión? Estoy hablando del esfuerzo que supone repensarse y de la ilusión de libertad. Estoy hablando de lo mismo que totamor habla en su entrada. Estoy hablando de que "Lo siento, yo es que soy así de celosx por naturaleza, no puedo cambiarlo" no es una frase objetiva. Estoy hablando de que "Lo siento, yo es que sería incapaz de llevar una relación libre" tampoco. ¡Somos seres sociales educados para pensar y sentir X! Nadie dice que no sea duro cambiarlo ni repensarlo, pero afirmarlo como un ente fijo y objetivo incapaz de avanzar o evolucionar no solamente es un error, sino que hace desaparecer cualquier esperanza de mejorar.
Vamos a centrarnos en el amor libre un momento. ¿Cómo puede ser que hablemos del control (y todo el mundo aplauda) pero apliquemos una doble vara de medir claramente sesgada por nuestras ideas impuestas? Es decir ¿Cómo de sorprendente es que nos parezca genial la frase "No está bien prohibirle a tu pareja ver a sus amigues" pero nos parezca radical la frase "No está bien prohibirle a tu pareja tener sexo con otras persona"? La estructura de control y de restricción es la misma si lo enfocamos de la forma más objetiva posible. La estructura "No salgas con tus amigues, que me hace sentir mal" es exactamente la misma que "No tengas sexo con otras personas, que me hace sentir mal" si las analizamos de forma objetiva ¿O no?
Jo, tía, es que no es lo mismo. El sexo es algo íntimo y...ya, ya lo sé. Ya sé que te han enseñado que el amor y el sexo siempre van juntos, pero no te enfades todavía conmigo. No empieces a decir que por qué no respeto tu monogamia, que por qué tal y por qué cual. Escúchame, solamente quiero hablar.
Lo que estamos diciendo hoy aquí es que tus celos son sociales, tu concepto de amor y los afectos que te han enseñado son sociales. Igual que los aprendiste los puedes desaprender. Vamos a intentar analizarnos por dentro ¿Por qué me debería molestar que mi pareja estuviera con otra persona? ¿Por qué debo ser el centro de su vida? ¿Por qué debo llenarla afectivamente y sexualmente al 100%? ¿Acaso eso no es, primero, generalmente irreal (aunque a veces pasa) y segundo, egoísta? Estoy exigiéndole a esa persona que si me quiere debe entregarse a mí al completo, o para eso, que no me quiera. La monogamia no es una decisión, es una imposición, es un mandato, como dice Brigitte Vasallo y aprovecho para citar una frase de Brigitte Vasallo:
El sistema monógamo es una tiranía. No es una opción: es un mandato, y es la violencia simbólica inscrita en ese mandato la que nos impide escoger maneras diferentes incluso cuando creemos escogerlas. En ocasiones nos toca la lotería de la vida y los mandatos nos resultan oportunos, cómodos, pero eso no los convierte en opcionales. Como explica Pierre Bordieu, “de todas las formas de persuasión clandestina, la más implacable es la ejercida simplemente por el orden de las cosas”. La monogamia es un sistema de opresión tan bien codificado que nos desgarra de dolor cada vez que queremos oponer resistencia.
Eso es paternalista, estás diciéndole a las personas monógamas que son incapaces de pensar por sí mismas y...no, no exactamente ¿Por qué tantas ganas de odiarnos? El enemigo no somos nosotrxs, las personas que abogan por el amor libre, tu enemigo es la tiranía de la monogamia y los mitos del amor romántico. Bueno, pero a lo que iba... como dice Vasallo, es un sistema de opresión tan codificado que nos desgarra de dolor cada vez que queremos oponer resistencia. Sí, salir de la monogamia duele, a veces mucho. Enfrentarnos a nuestros monstruos, coloquialmente llamados celos e inseguridades, da pánico. Da miedo asomarse porque no sabemos bien qué vamos a encontrar. Da terror mirarnos al espejo y vernos vulnerables, soltar las cuerdas que nos atan a la persona que amamos, saber que quizás pueda irse. Ver más claro que nunca que somos dependientes y que el sistema nos ha hecho sumisxs del amor.
Vamos a hablar en serio. Nadie elige la monogamia de forma totalmente libre como nadie elige ser heterosexual de forma totalmente libre. Eso es una utopía y una mentira. La frase "Es que la monogamia repensada y revisada no tiene nada de malo" es, de entrada, una frase genial pero que peca de simplista en cuanto a afrontar las realidades. ¿Qué es repensar y revisarse la monogamia? ¿Quién se toma ese trabajo pudiendo simplemente aferrarse a sus miedos? ¿Cuántas personas monógamas realmente se han sentado a debatir sobre el amor libre, a preguntarle a su pareja si quieren ser libres, a preguntarse a ellxs mismxs si son capaces de llevar ese tipo de relaciones? ¿Cuántas personas realmente se han sentado delante del espejo y se han preguntado "Soy capaz de soltarle la mano a esta persona y caminar juntxs pero no amarradxs"? Casi nadie. Cuando la gente dice "Yo es que he repensado la monogamia" normalmente dice algo así como:
"Yo ya he leído una entrada o dos sobre el amor libre y me mola la idea, pero paso"
Comprendemos la reticencia y comprendemos el rechazo. Los sentimientos desgarran desde lo más profundo y no es fácil hacerles frente, pero esconderlos y dejarlos de lado desde luego no hacen bien a nadie, ni siquiera a nosotrxs mismxs. ¿Qué me pasa? ¿Por qué defiendo la monogamia con tanta fuerza? ¿Por qué defiendo con uñas y dientes lo impuesto? ¿Por qué defiendo con uñas y dientes que tengo el mínimo derecho a exigirle a mi pareja que haga o no haga con su cuerpo lo que a mí me parezca? Muy sencillo: Porque nos han enseñado a amar así. Porque lo fácil es pensar que tenemos derecho a exigirle exclusividad a quien queremos porque así nos sentimos segurxs. Pero también nos han enseñado que la raza blanca es superior. También nos han enseñado que las mujeres limpian, las niñas son delgadas y guapas (y siempre tienen vagina), la regla da asco y es desagradable, el sexo solamente existe con amor, las personas asexuales están enfermas, la prostitución es un trabajo repugnante, el amor es siempre heterosexual, que es justo que una persona gane millones a costa de la explotación de lxs demás... Y sin embargo hemos sido capaces de reflexionar todo eso. Nos hemos vuelto anarquistas, comunistas, vegans, feministas, pro-LGTB+, pro-sex...
Lo que quiero decir con todo esto es que hay que repensarse más los afectos. La postura de la negación es extremadamente cómoda y me permite justificar actitudes con el "Yo es que soy así" o "A mí es que me dolería mucho, lo siento". ¿Está bien estancarse en esas actitudes? ¿De verdad está bien exigir a nuestras parejas que cumplan nuestras normas basándose en unos celos irracionales que sentimos porque nos han enseñado que debemos sentir? ¿No será más revolucionario cogernos de la mano (sin apretar) y aprender juntxs a no sentirlos? ¿No será más revolucionario y más liberador aprender a ver a la persona, no como un algo que te satisface las necesidades, sino como un alguien que tiene ideas y deseos propios que no siempre giran en torno a ti?
Es fácil criticar el amor romántico y es más difícil abandonarlo.
Es fácil hablar de amor libre pero es más difícil aceptar una crítica hacia el sistema de amor más interiorizado: la monogamia.
Es fácil elegir no repensar, elegir exigir.
Pero la decisión siempre es nuestra.
Yo solamente quiero animaros a que no sigáis el camino fácil y os repenséis.
El amor libre es una revolución más... ¿De verdad quieres dejarla de lado?
AW de Amor Libre Spain
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